El iPhone cada vez es más seguro. La encriptación de iOS es tan segura que ni la NSA ha podido violarla.
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Tu iPhone contiene una gran cantidad de información sobre tu vida personal. Tienes tus aplicaciones bancarias, correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas telefónicas, historial de navegación, fotografías y todas esas canciones embarazosas que escuchas y que no quieres que la gente sepa que escuchas. Y de ahí el empeño de Apple por mantener tus datos lo más seguro posible.
Pero el iPhone no siempre ha sido conocido por su seguridad. De hecho, cuando Apple lanzó el primer iPhone en el año 2007, los hackers podían tener acceso de root al dispositivo a través de simples exploits de aplicaciones.
Pero corrigieron ese error en particular a principios de 2008, y desde entonces, Apple ha invertido mucho tiempo y recursos en reforzar la seguridad de iOS. Y según señala el MIT, el esfuerzo adicional está dando sus frutos…
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"En sus esfuerzos por hacer que sus dispositivos sean más seguros, Apple ha cruzado un umbral importante. Las tecnologías que la empresa ha adoptado protegen el contenido de los clientes de Apple tan bien que en muchas situaciones es imposible que las fuerzas de la ley lleven a cabo exámenes forenses de los dispositivos incautados a delincuentes. Más significativo aún es el creciente uso del cifrado, que está empezando a causar problemas a las fuerzas de seguridad cuando se encuentran sistemas con unidades encriptadas."
Con el iPhone, Apple aprendido de sus errores, y ahora ofrecen uno de los dispositivos más seguros en el mercado cuando está cifrado. Incluso la NSA está teniendo dificultades para romper el cifrado del iPhone, y reconocen su frustración a la hora de intentar romper la encriptación del teléfono.
Según un informe publicado por Technology Review, la seguridad de Apple está causando problemas tanto para las fuerzas de la ley como para las agencias forenses, y hay literalmente cientos de casos civiles sin procesar porque todavía no se ha podido pasar de cifrado de iOS para extraer pruebas desde los dispositivos incautados.
Al hablar sobre los problemas de hackear el iPhone en las pruebas forenses, Ovie Carroll, director del Laboratorio de Ciberdelincuencia en la Sección de Delitos Informáticos y Propiedad Intelectual del Departamento de Justicia dijo:
"Les puedo decir desde el punto de vista del Departamento de Justicia, que si esa unidad está cifrada, no hay más que hacer. Al llevar a cabo las investigaciones penales, si enciendes una unidad con el disco cifrado entonces has perdido toda posibilidad de recuperar datos de esa unidad."
¿Pero a qué se debe tanta seguridad?
La clave del increíble poder criptográfico de iOS es el algoritmo Estándar de Cifrado Avanzado (AES). Fue adoptado por el gobierno de los Estados Unidos en 2001, y ahora, después de una década de pruebas, AES se considera indescifrable.
El algoritmo es tan poderoso que ni siquiera un ordenador cuántico imaginario podría descifrar una clave AES de 256 bits verdaderamente escogida al azar. Esa es una gran noticia para ti, tienes algo que ocultar. Pero son malas noticias para las agencias gubernamentales que intentan extraer información de un iPhone o un iPad cifrado, ya que la única maneras de conseguirlo es probando todas las combinaciones de PIN posibles, una tarea que podría tardar hasta 15 años usando software avanzado si utilizas un PIN de 8 dígitos.
Por otro lado, y por mucho que Apple odie la comunidad jailbreak, hay que estar ciego para no ver que gran parte de la seguridad de iOS se debe a los jailbreakers. Personas como Pod2g, Comex y los distintos equipos de desarrollo, que a lo largo de los años, han sido capaces de hacer lo que otros no han logrado, romper la seguridad de Apple y como consecuencia, obligarlos a mejorar.
Finalmente, la noticia de que iOS es más seguro que Fort Knox es un poco mala para la aplicación de la ley. Las agencias de inteligencia y seguridad de todo el mundo tienen que atrapar a los malos y encontrar pruebas para encarcelarlos. Pero, por otro lado, al menos no tendremos que preocuparnos de que nuestros datos e informaciones confidenciales caigan en manos desaprensivas en caso de robo o pérdida.
